Desde que se comenzó a poner foco en la seguridad de las aplicaciones,
se estableció una mecánica entre los profesionales de seguridad y los de
desarrollo que los pone en una situación de enfrentamiento.
Mientras
que el desarrollador suele enfocarse en conseguir que el sistema haga lo
que se supone que debe hacer, el profesional de seguridad toma como
punto de partida lo que el sistema no debe hacer. Sin embargo, entre
ellos existen puntos en común: a ambos les gusta saber cómo funcionan
las cosas, les interesa exigir hasta el límite y buscan construir el
mejor sistema posible.
Para reconciliar estas diferencias, desde hace unos años se está
realizando un abordaje desde el juego para avanzar sobre las
metodologías de Modelado de Amenazas en sistemas. Cornucopia, un proyecto de OWASP (Open Web Application Security Project)
nació en agosto de 2012 de la mano de Colin Watson, y utiliza esta
modalidad para incluir aspectos lúdicos, también conocido como técnicas
de gamification.
Si bien esta técnica tiene como principal objetivo realizar modelos de
amenazas en sistemas y extraer requerimientos de seguridad antes del
desarrollo de una aplicación, al hacerlo en un ambiente de juego,
relajado y amigable, se dejan de lado las situaciones de enfrentamiento
que se suelen generar entre las áreas de seguridad y desarrollo durante
este tipo de actividades. Asimismo, esta técnica permite concientizar y
difundir patrones de ataque entre los participantes, especialmente entre
los menos especializados en temas de seguridad.
Con todos estos objetivos en mente y principalmente con la idea de que
los participantes pasen el mejor tiempo posible, el analista de
seguridad obtiene requerimientos, descubre bugs existentes en los
modelos y también puede elaborar el plan de pruebas de seguridad del
sistema que se está analizando. Incluso, cuando se utiliza
adecuadamente, la relación de enfrentamiento y tensión que puede existir
entre seguridad y desarrollo se modifica por una de colaboración.
Al tratarse de un juego de cartas, las actitudes defensivas frente a las
actividades de seguridad suelen desaparecer. Al mismo tiempo, como es
una técnica donde gana el que ataca exitosamente, todas las partes y no
sólo los analistas de seguridad, se enfocan en buscar los defectos y
problemas de esta índole.
Luego de desarrollar esta modalidad y aplicarla para diferente
situaciones, tanto de manera interna como con clientes, llegamos a la
conclusión que estas técnicas cuentan con mucha mayor aceptación entre
las personas asociadas al desarrollo que los esquemas clásicos de
modelado de amenazas. Quizá sea buen momento de empezar a jugar un juego
donde todos ganemos. Sí, finalmente, la seguridad es un juego.
Fuente: PrensarioTI

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